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POLÍTICA 

La Farc le apunta a una participación política, que sería su verdadera inclusión dentro de la democracia. La advertencia es que no se repita la historia de la desaparecida UP, tras la reincorporación de las Farc a la vida civil. Para ello, la primera muestra de compromiso sería darle fin definitivo al conflicto armado con un cese al fuego y de hostilidades bilaterales. A las partes les corresponde analizar los temas de drogas y armas. A este punto resulta productivo subrayar que desde la noticia del inicio de los acercamientos entre la guerrilla y el gobierno han incrementado los atentados sin un autor definido, y todos vinculados, presuntamente a las Farc.

Bajo este contexto, es casi que insultante que llegue a suceder lo que pasó con los paramilitares. El gobierno Santos está tan necesitado de una noticia que dé continuidad a su estancia en el poder que ha olvidado la importancia del tema de las víctimas. No sólo es el último punto del acuerdo, sino que ni siquiera las ha tenido en cuenta al momento de concertar las mesas. Al menos, debería haberlas escuchado. Desde que se conoce sobre la posibilidad de un acuerdo, distintos sectores de la sociedad civil han manifestado su interés de participar en la mesa y de discutir puntos que conciernen a la población en general. Si ambos lados tienen intereses diferentes a la paz, ninguno de los dos es completamente neutral y los gobiernos extranjeros no han vivido la situación del conflicto armado colombiano. Para que sea un verdadero proceso de paz hace falta una parte en la mesa de diálogo

El problema de estas conversaciones nace desde su mismo germen, el documento que sustenta los diálogos sostiene que “la construcción de la paz es un asunto de la sociedad en su conjunto que requiere de la participación de todos, sin distinción”. En este caso, sólo el Gobierno Nacional y las Farc están negociando.

El contexto de este suceso histórico para Colombia destaca, por un lado, el debilitamiento de la estructura interna de la guerrilla con capacidad aún de ataque, pero mermada por los golpes que acabaron con buena parte de su dirigencia; y, por el otro, un gobierno angustiado por el rechazo que ha despertado en la población y hambriento de reelegirse por un nuevo periodo.

Es de resaltar la relevancia de la política de desarrollo agrario integral en las conversaciones, pero hay que tener presente que en el gobierno Santos la agricultura no sólo no es una prioridad, sino que su política de la inversión extranjera ha arrasado con el campo, basta con mencionar la considerable disminución de la producción cafetera. La duda pesa al pensar cómo hará para manejar un tema que contradice sus ambiciones económicas.

Un proceso de paz donde puede perder Colombia
Escrito por Prensa -
Lunes, 03 de Septiembre de 2012 13:00
Atención, abrir en una nueva ventana.
Se están desarrollando diálogos de paz entre el gobierno y las Farc en Noruega. Aunque es una oportunidad anhelada por el pueblo colombiano, resulta preocupante que esta sea una solución meramente política y que no nadie vislumbre sus consecuencias.

Los acercamientos vienen de febrero 23 de 2012, con la participación de Cuba y de Noruega como garantes, y con el apoyo de Venezuela como facilitador de logística y acompañante. Las partes aseguran que se trata de una decisión mutua de poner fin al conflicto armado, y de buscar una “paz estable y duradera”..

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